El día 24 de marzo, 162 alumnos de 1º de
ESO y 6 profesores (Javier, Mayte, Aurora, Resu, Rodrigo y Paloma) hemos podido disfrutar, comprender y
solidarizarnos con la vida de los cuatro niños protagonistas de esta película,
una vida durísima y determinada por las inmensas dificultades que entorpecen su
acceso a la educación.
Jackson tiene 11 años y vive en Kenia, cada mañana recorre, con su
hermana Salomé de 6 años, 15 km (dos
horas a pie) a través de un territorio rodeado de elefantes y animales
salvajes. Carlitos tiene 11 años y
vive en Argentina, montando a caballo con su hermana de 6 años, recorre dos
veces al día más de 18 km para llegar a la escuela, soportando una climatología
extrema en una de las regiones más inhóspitas de la Patagonia argentina. Zahira tiene 12 años y vive en las
montañas del Atlas marroquí, todos los domingos se despierta al alba y se
prepara para un camino de más de cuatro horas a pie, en una región donde la
temperatura desciende a -20º en invierno. Samuel,
de 13 años, tiene una discapacidad motórica y sus hermanos, más pequeños que
él, arrastran su silla de ruedas (de fabricación casera, vieja y oxidada), por caminos imposibles, para recorrer los 4 km
que separan su casa y la escuela.
Estos
niños tienen sueños y para que esos sueños pasen a ser realidad, saben que solo
hay un camino: LA EDUCACIÓN. Toda una lección de vida para nuestros alumnos,
todo un aprendizaje (para alumnos y profesores) que va mucho más allá de las
cuatro paredes del aula y de la suma de contenidos. Los que diariamente
atravesamos con convicción las puertas de las aulas sabiendo que lo que hacemos
es importante y que “la educación
encierra un TESORO” –Jacques Delors– , agradecemos a Jackson, Carlitos, Zahira
y Samuel que hayan pasado a formar parte de la vida de nuestros alumnos, de
nuestras vidas.